EL JARABE DE MI INFANCIA

Como muchos sabéis, yo soy de Madrid, aunque tanto mi madre como mi abuelo paterno, son de origen Asturiano.
Por la parte de mi padre, no tuve la suerte de conocer a mi abuelo, aunque si que oí hablar de él mucho, y también de su madre, mi bisabuela. Mujer que tenia como oficio el preparar ungüentos y bebedizos para curar los males, ademas de ser la partera del lugar.
Pues no se si viene esta receta de mi bisabuela, no me han sabido decir, pero lo cierto es que cuando yo era pequeña, en mi casa al asomar el invierno, mi madre nos preparaba un jarabe para no coger catarros, que ademas estaba tan bueno, que nos lo tenia que esconder.
Os paso la receta para que veáis como nos cuidaban antes, hoy día si les diéramos esto a nuestros hijos, nos quitarían su custodia los de Asuntos Sociales.

12 huevos
1/4 kg. de azucar
Zumo de limón
1l. de quina Santa Catalina

Se lavan bien los huevos y se ponen con cascara en una fuente honda.
Se añade zumo de limón hasta cubrirlos completamente.
Se dejan en un lugar fresco y cada dos días se va  observando hasta que la cascara del huevo desaparece.
Llegados a ese punto, se añade el azucar y se bate bien todo el preparado, a continuación se cuela, y se añade la quina.
Se mueve bien y se echa en botellas de cristal oscuro.
A partir de ahí se toma todos los días una cucharada al día. Si te lo dejan a  mano, caerá mas de una cucharada.

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RECETARIO TRADICIONAL DEL SIGLO XXI

Me encontré este curioso recetario que paso a compartir con tod@s, a ver si nos vamos animando, y ponemos las recetas de nuestras madres y abuelas, para que no se pierdan.



Información vista en la pag web del Departamento de Industria, Comercio y Turismo de Aragón.
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ESPECIAS Y CONDIMENTOS DE ARAGÓN

Condimentos y especias: Olor, color y sabor

"Cebollas, ajos y azafrán conforman los aromas de la cocina aragonesa, rica en matices".
Son los matices de la tradición, pero también los mejores  aliados  de  las creaciones más innovadoras.  El poder de los aromas se funde en Aragón en torno a tres auténticos tesoros: la cebolla de Fuentes, el azafrán y los ajos. Tres delicias cercanas que imprimen olor, sabor y color a la cocina mediterránea.
Aderezan e imprimen carácter. Jengibre, nuez moscada, tomillo, romero, cilantro... Los platos más originales de la cocina de los aromas descubren sabores que proceden de productos naturales. En Aragón, la cocina de los aromas se nutre de especias autóctonas como la albahaca, las alcaparras, el anís, la canela, el clavo y la pimienta, que cuentan con una tradición histórica en cuanto a cultivo y consumo, sin olvidar la joya de la cocina: el azafrán.
AZAFRÁN, EL ORO ROJO
Azafrán
Azafrán
La rosa del azafrán, cuya recogida marca el otoño, es la reina de las especias. A mediados del mes de octubre, en los días del Pilar, es la época de recogida del llamado oro rojo, un auténtico tesoro que cuenta con gran tradición en Aragón. Su laborioso cultivo y recolección elevan el precio del azafrán a cotas inalcanzables por ningún otro fruto. Es por ello el cultivo que reporta más beneficios por metro cuadrado y de ahí que fuese bautizado como el oro rojo. Y es que, igual que el preciado metal, el azafrán esconde sus secretos hábilmente entre las flores violáceas que le dan vida, aguardando a que los pacientes buscadores los desentrañen a base de respeto y habilidad.
Cada año, por estas fechas, el azafrán regresa a las mesas aragonesas como el más preciado fruto, aromatizando y dotando del mejor sabor y color los guisos más especiales.
La historia habla de grandes tiempos en el cultivo del azafrán , sobre todo en los siglos XVI y XVII, cuando la producción se extendía por amplias zonas del Reino de Aragón. Hoy, el epicentro azafranero de Aragón se sitúa en Monre-al del Campo, considerada como la zona productora de uno de los mejores azafranes del mundo. La tradición se recoge hoy en un Museo Monotemático del Azafrán.
CEBOLLA, DULCE Y DELICADA
Cebolla
Cebolla
Producida en Zaragoza y sus alrededores, la cebolla de Fuentes es una de esas hortalizas genuinas de la huerta del Ebro de antiquísimo cultivo. De forma globosa, es redondeada por la raíz y alargada por el cuello, con un color exterior blanco paja. Pero su característica principal es la blancura y terneza de sus túnicas interiores y su sabor poco picante y agradable, que le permite ser consumida en fresco. Su gran calidad se debe a las condiciones del suelo, agua y clima de nuestra huerta zaragozana, donde se produce desde finales de mayo hasta el ocaso de septiembre.
La cebolla de Fuentes es muy delicada en la manipulación. Por eso, cuando se comercializa bajo la marca Aragón Calidad Alimentaria se exige que vaya en bandejas o en cajas como la fruta.
La cebolla se utiliza desde hace milenios en la cocina por sus grandes cualidades culinarias y su presencia culmina el sabor de cientos de recetas. Como plato, la de Fuentes es típica en Aragón asada al horno y aliñada con aceite de oliva, o en ensalada con olivas negras. Entre sus propiedades, la cebolla es diurética y previene enfermedades cardiovasculares.
AJO DE ARÁNDIGA
El ajo
El ajo
El cultivo de los ajos requiere de un terreno apropiado y una excelente calidad de las aguas utilizadas para el riego. Pero además está el factor humano, ese toque artesano que cada cultivo necesita y que en Aragón parece imprimir un sello especialmente benigno. No en vano, dos de las zonas del país conocidas por la calidad de sus ajos están en la provincia de Zaragoza: Bardallur y, sobre todo, Arándiga.
El ajo de Arándiga se distingue porque pertenece a la variedad del ajo rojo, que presenta un color morado y pica un poco más, aunque resulta más agradable al paladar. En la localidad zaragozana de Arándiga. el cultivo de ajo se hace todavía de forma totalmente artesanal. Este hecho, unido a la particularidad de la tierra en que se cultiva y al agua de regadío, proveniente del Moncayo, hacen del ajo de Arándiga un producto de gran sabor y primerísima calidad.
Sin embargo, en los últimos años, el mercado aragonés del ajo se ha visto acaparado por el ajo de China. Este es uno de los motivos que ha llevado a los agricultores y al Ayuntamiento de Arándiga a impulsar la Feria del Ajo para potenciar así el consumo de ajo autóctono dentro de la comunidad aragonesa.
Excelentes son también los ajos de Riela y Bardallur, donde sus cultivadores son también expertos trenzadores. En Bardallur, se cultiva también con primor para envasarlo en cristal en diversas preparaciones (natural, finas hierbas, con pimentón picante) para la exportación.
En Aragón, el ajo se aprecia como elemento esencial de para transformar la mayonesa, dando lugar a lo que en Aragón se denomina ajoleo o ajoaceite.

Información obtenida de la web Cultura gastronómica Aragonesa
 
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QUESOS DE ARAGÓN

El queso, la joya de la tradición

Setas
Queso "Las Valles", de Samper
Recetas elementales y nutritivas que levantan pasiones. Sabrosa herencia del saber popular que se adelanta a la ciencia. Así son los quesos aragoneses, una auténtica delicia con solera alabada desde antiguo y apreciada en la actualidad como uno de los bocados más exquisitos de nuestra artesanía culinaria.
Elaborados con leche cruda y pacientemente perfeccionados, los quesos tradicionales aragoneses podían madurar y respirar saludablemente en sus recubrimientos naturales mientras adquirían paulatinamente un sabor y aroma que se intensificaba con el tiempo. Las virtudes de este producto aragonés fueron alabadas ya en el XV por personalidades del arte de los fogones de la talla de Ruperto de Nola, cocinero de Alfonso V y Fernando I, que cita el “queso de Aragón” así, como si de una denominación de origen se tratase, y lo describe en su libro de Coch como uno de los imprescindibles en la cocina del medievo. El propio Cervantes, en El Quijote, nombra el queso aragonés de tronchón, una variedad alabada también por la reina María Antonieta.
Pedro González Vivanco, de la Academia Aragonesa de Gastronomía, en su discurso de ingreso en la misma, comentaba las características técnicas y microbiológicas, la dietética del gusto, la gastronomía y el maridaje con los vinos. Vivanco destaca que en todo el Campo de Cariñena y probablemente en todo Aragón se consumía el queso fresco elaborado con leche de cabra cruda y cocinado a la plancha, mientras que el consumo de queso muy curado, ligeramente aliñado con aceite de oliva virgen, parece ubicarse en la zona del Maestrazgo, donde también son típicas las flaons.

Sabía que...

... La expresión “dártelas con queso” se utilizaba cuando los bares disfrazaban un mal vino, sirviéndolo con un queso fuerte, para que el sabor de éste ocultase la falta de calidad de aquel.
... Para degustar los quesos, debe comenzarse por los más suaves, acabando por los fuertes e intercalando un trozo de manzana o de membrillo entre una variedad y otra, para evitar que se mezclen los sabores.

Los quesos aragoneses todavía no cuentan fuera de sus fronteras con la popularidad de los franceses. Sin embargo, hay un gran variedad: con leche cruda o pasteurizada, de oveja, de cabra o vaca, frescos o curados... Los hay para todos los gustos. Por su excelencia y elaboración artesanal, son productos respaldados por la C de calidad, que cuentan con la tradición histórica, heredada de una sabiduría milenaria, y con productos autóctonos de primerísima calidad. No en vano, a la bondad de los prados aragoneses, que producen una hierba especialmente delicada, se le atribuye el exquisito gusto de la carne y leche del ganado que la pace.
En Aragón trabajan con registro sanitario un total de 28 queserías -10 en la provincia de Zaragoza, 10 en la provincia de Teruel y 8 en Huesca-, que elaboran más de 130 variedades diferentes de queso. De ellos, el más conocido es probablemente el de Tronchón, elaborado en la localidad turolense del mismo nombre para celebrar San Antón. Ciertamente, este queso es quizá el producto más emblemático del universo culinario y alimentario aragonés. No en vano, el Tronchón, que exige, además del oficio del quesero a la hora de elaborarlo y curarlo, una buena leche de un excelente ganado seleccionado y bien alimentado, viajó con todos los honores a la mesa más refinada y rodeada de glamour del momento, exactamente en el período en el que el Conde de Aranda estuvo de embajador de España en la corte de Luis XIV y María Antonieta.
En Teruel, han aumentado los quesos de diferentes razas de oveja con leche pasteurizada. Clásicos son los de Santa Bárbara, en Alcañiz, mientras que Samper de Calanda, la villa del queso aragonés, mantiene la calidad de sus eleborados a base de leche cruda, Los Valles y Los Tambores. El primero, con seis meses de curación, es floral y frutal, y el segundo, de curación más larga, es potente, sabroso y ligeramente dulce.
Los quesos del Pirineo aragonés tienen como antecesores a los de Biescas, Ansó y Echo. Se trata de productos elaborados y realizados para una larga conservación, continuadores de la tradición quesera francesa. Beneficiarios de esta tradición son los actuales del valle Benasque, Benabarre, Gistaín, Radiquero y Sieso.
Zaragoza mantiene sus calidades a través de variedades reconocidas como las de El Burgo, Agerca o La Pardina, con la novedad de sus quesos de coagulación ácida. Artesanos de Moncayo continúa ofreciendo el alabado Capricho de Vispe y, al amparo del Moncayo, ha surgido nuevas queserías que auguran grandes éxitos.
Queso de cabra Radiquero
Queso de cabra Radiquero
Un amplio espectro gustativo
Tronchón es un queso fabricado en queseras troncocónicas que lleva leche de oveja mezclada a veces con la de cabra.
Pañoleta es un queso de mezcla al que se da forma envolviéndolo en un pañuelo atado, lo que lo hace difícil de cortar.
Patamulo es un queso de mezcla con una forma alargada muy característica.
Benabarre es una de las deliciosas rarezas de la tierra. Son quesos de cabra donde los sabores dulces sólo permiten ligeras veleidades del picante característico de la cava. Tienen gran personalidad y un alto nivel gustativo.

Villa Villera hace un queso fresco y requesón poco ácidos, consistentes y con muy buenas propiedades estomacales. Los elaborados con leche cruda son grasos y equilibrados y el de bodega, con un año de curación, ofrece sabores cárnicos y gran madurez.
El queso de Sahún de Amado Ballarín Escalona hace una única variedad muy limpia y de excelente calidad.
Quesos Radiquero es el regreso del mago quesero Monclús. El secreto del éxito de estos quesos radica en el tipo de suelo donde pastan los rebaños de los que se extrae su leche, muy rico en calcio. Se espera su queso azul como prueba de su pericia e inquietud pero, mientras tanto, sus pastas blancas deleitan a los paladares más exigentes.
En Caspe, la Granja de los Arcos ofrece quesos resistentes en buena línea de progresión.
Información obtenida de la web Cultura gastronómica Aragonesa
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